En París falleció el artista Jorge Camacho, quien se destacó por una obra de estilo surrealista y perteneció a la llamada Tercera Generación de pintores cubanos.
La escritora cubana Zoé Valdés, amiga del pintor y exiliada en Francia, escribió en su blog que: “Además de ser una gloria de la pintura cubana, y universal, Jorge Camacho no cesó un minuto de su vida de luchar por la libertad de Cuba. Amigo y guardián de la obra de Reinaldo Arenas, junto a su esposa Margarita, era una de las personas más brillantes y fieles a la amistad que he conocido. Que en paz descanse, que su alma vuele hacia la luz”.
Camacho logró a través del perfecto tratamiento de la línea y el color, desarrollar una pintura que se nutre de elementos profundamente enraizados en el inconsciente, provenientes de una suma de tradiciones y culturas americanas cuyos rituales y rasgos distintivos se evidencian en el misterioso transmutar de sus seres y en la utilización de insólitas configuraciones óseas y estructuras con marcado carácter totémico.
En 1966, Jorge y Margarita Camacho conocieron al escritor Reinaldo Arenas en La Habana y este les confía algunos de sus textos clandestinos, debido al acecho del régimen comunista de Fidel Castro, y a partir de ese momento se convirtieron en aliados y amigos leales del autor.
En Cuba Camacho conoció también a André Breton, con el que se unió al mundo del surrealismo, y desde entonces se fue convirtiendo en el pintor surrealista cubano más importante desde los tiempos de Wilfredo Lam. Por otro lado, Camacho siempre mantuvo una estrecha relación con otros intelectuales de la talla de Renè Allean, Fernando Arrabál, Henri Michaux, Eugene Conseliet o Zoe Valdés.