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Obras maestras de la Colección del Museo Guggenheim Bilbao

Desde sus inicios, el Museo Guggenheim Bilbao ha ido desarrollando una colección de significativas obras de arte, partiendo de la segunda mitad del siglo XX hasta llegar hasta nuestros días. De entre las que en la actualidad conforman estos fondos, algunas destacan por ser iconos de la contemporaneidad, obras que cuando se mostraron por primera vez no dejaron al público indiferente y que, con el paso del tiempo, han afianzado su posición convirtiéndose en auténticos referentes del arte contemporáneo.

Obras maestras de la Colección del Museo Guggenheim Bilbao brinda al público la oportunidad de contemplar una selección de estas piezas, en la que destacan, por ejemplo, el luminoso lienzo Sin título, de Mark Rothko, frente a La gran Antropometría azul (ANT 105) (1962) de Yves Klein dominada por el inconfundible tono azul que el artista patentó con su nombre; o la icónica imagen de Marilyn Monroe repetida una y otra vez por Andy Warhol frente a la expresividad que preside el gran lienzo serigrafiado de Robert Rauschenberg Barcaza (1962–63), o Nueve discursos sobre Cómodo (1963) de Cy Twombly. Los artistas alemanes Anselm Kiefer y Gerhard Richter, o los estadounidenses Clyfford Still y Jean-Michel Basquiat, también presentes en esta muestra con trabajos destacados, como lo está la escultura, representada por las piezas de los maestros vascos Eduardo Chillida y Jorge Oteiza enmarcadas en su contexto internacional.

En esta presentación también se puede contemplar un conjunto de lienzos procedente del ciclo de Francesco Clemente La habitación de la madre (1995–97), que evoca los grandes murales decorativos de las stanzestudioli de los palacios renacentistas. Creado por el artista específicamente para la sala 203 del Museo, este trabajo se exhibe ahora en una galería distinta, lo que posibilita una mirada diferente en torno a la obra. La muestra incluye igualmente varias piezas que reflejan la vuelta a la figuración en la pintura que tuvo lugar en los años ochenta, así como otras obras que se caracterizan por recuperar la expresividad pictórica, como El diluvio (1990), donde Miquel Barceló aborda este tema apocalíptico configurando un paisaje gris y melancólico mediante la ejecución de cortes en el lienzo y la aplicación de abundante materia.

Fuente: http://masterpieces.guggenheim-bilbao.es/