El rescate y puesta en valor de la acción de la naturaleza sobre materia industrial de desecho utilizada en actividades marítimas, es la propuesta que presenta la artista chilena Paz Lira en la exposición Trastocado Silencio, abierta entre el 23 de marzo y el 20 de mayo en la Sala Matta del Museo Nacional de Bellas Artes.
Un puzzle a gran escala compuesto por 150 bloques de poliuretano y 350 contenedores de fieltro suspendidos desde el techo, conforman la instalación de Paz Lira en el MNBA, quien continúa la línea de investigación que ha venido desarrollando en los últimos años, basada en la reacción espontánea de la materia frente a la naturaleza y el devenir del tiempo.
La puesta en escena consiste, en primera instancia, en una monumental pared de 26 mt de largo, 3,5 mt de alto y 70 cm de profundidad, construida con bloques de poliuretano, que recibe al público dispuesta en diagonal al interior de la Sala Matta. En perspectiva, la textura y cromaticidad de cada volumen que integra la obra crea una gran composición pictórica, originada por la reacción espontánea que brota de la materia ante la fuerza de la naturaleza – específicamente de los microorganismos que habitan en el mar- acercando al observador a una infinitud de detalles ocultos bajo la superficie.
La segunda parte de la instalación, consiste en un conjunto suspendido de 350 contenedores cilíndricos de fieltro hechos para revestir boyas en desuso, de 1,40 mt de altura y 40 cm de ancho, que fueron vaciados de su relleno interior. Éstos permanecieron en el mar del sur de Chile alrededor de 20 años, acumulando desechos.
Al sacar de su entorno tanto los bloques como los contenedores y al cambiar su función, se revelan las texturas, colores y formas resultantes del contacto entre la sustancia del objeto y el medio. De esta forma, la artista recupera un objeto en desuso que ha sido descartado y clasificado como desecho y permite apreciar su corrosión, tendiendo un puente entre la autonomía de la materia y el lenguaje visual, reubicándolo en un contexto diferente, desprovisto de la utilidad para la que fueron creados.
La instalación comprende tanto los conceptos de monumentalidad como de particularidad, enfrentando al visitante a figuras que funcionan en forma independiente, pero que se potencian en conjunto. De esta manera, se crea un contraste entre la leve suspensión de los contenedores, con el cuerpo de gran peso visual que recibirá al visitante.
La iluminación está a cargo del arquitecto y escenógrafo Ramón López, participación que permite crear en el muro de poliuretano un trasfondo gráfico, resultante del juego de luces y sombras proyectadas a partir de la instalación de los volúmenes.
Paz Lira ingresó a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile en 1973, donde se recibió de Licenciatura en Pintura en 1977. Fue alumna particular de técnica fotográfica de Enrique Zamudio.
{gallery}actualidad/03-2012/montaje{/gallery}
Fuente: Dibam