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ANTONIO BERNI, de Argentina

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90rf0En un principio el argentino Antonio Berni plasmó el agobio de los obreros desocupados u oprimidos. Años más tarde su mirada se trasladó a las  ‘villas miserias’ donde la pobreza y desigualdad fueron representadas por sus famosos personajes Juanito Laguna y Ramona Montiel.
 

Es uno de los maestros del arte político de América Latina y sin duda el más conocido y relevante de la Argentina. Antonio Berni (1905- 1981) es considerado pionero en esa vertiente de la creación que cuestionaba injusticias y desigualdades de la sociedad. Con sus obras , realizadas en pinturas sobre tela,  plasmó manifestaciones de obreros oprimidos o la desazón de la desocupación y luego, con desechos urbanos, la miseria de la ciudad.   Por eso, se le ha llamado el “pintor de la desesperanza”.

 

Artista clave en la creación de su país y uno de los contemporáneos con más reconocimiento internacional, nunca negó lo político de su trabajo. Todo lo contrario, decía que esa lectura de la realidad era fundamental: ‘No se la puede dejar de lado, ya que si se la deja no se comprende del todo. Una mera interpretación estética puede llegar a ser una traición’.

 

 

Pero arte político – a la manera del artista rosarino- no es el partidista o panfletario, sino  una creación realizada bajo un prisma netamente humanista y solidario, ‘como una ética asentada en la equidad y fraternidad’. Es decir, pensaba que su labor debía ser un agente de cambio social positivo porque ‘si no hay amor que transmitir, no hay pintura, no hay arte, no hay nada. El verdadero artista y el verdadero arte de un pueblo es aquel que abre nuevos caminos impulsados por las cambiantes condiciones objetivas. Dejan de serlo los que siguen el cliché establecido, aferrándose a formas pasadas y caducas, que no obedecen a ninguna realidad artística y social’.

 

 

Los expertos aseguran que lo notable de este artista es que,  a pesar de su trabajo político, él siempre supo expresarse con poesía, ‘una poesía donde cohabitan también la ternura, el humor y la piedad’.90rf1

 

Antonio Berni nació en Rosario el 14 de marzo de 1905. Fue el menor de tres hermanos e hijo de inmigrantes italianos. Su padre, un sastre proveniente de un pequeño pueblo en el límite con Suiza,  murió cuando el futuro pintor tenía sólo 14 años, por lo que el resto de familia se fue a vivir a una chacra, propiedad de los abuelos maternos. Realizó sus primeros estudios de dibujo en la Academia de Arte del Centre Catalá y trabajó en talleres de vitrales donde aprendió ese oficio. Según una investigadora de su vida y obra, Berni estrenó sus dibujos en una agencia de lotería, pero ya en 1920 abrió una exposición de pinturas bastante impresionistas, la que tuvo gran éxito comercial.

 

A los 18 años se ganó una beca con la que partió a Europa. En Madrid conoció la obra de Velázquez y Dalí. Permaneció en ese país hasta 1927 y luego volvió a Argentina por un tiempo para luego regresar al Viejo Mundo donde se quedó hasta 1930. En su segunda incursión a Europa estudió en el taller de André Lhote y conoció la producción de Picasso, Braque y De Chirico.

 

 

A su regreso a Buenos Aires, con su esposa francesa y su hija Elena,  expuso en Amigos del Arte una obra marcadamente surrealista. Se trataba de fotomontajes y dibujos que no tuvieron una crítica favorable. En esa época, además de su tendencia surrealista, sus obras se caracterizaron por sus formas rotundas y por el uso de colores que hacían recordar a los muralistas mexicanos. En las décadas de los 30 y los 40 su pintura se llena de críticas sociales, de denuncias y de un afán de defensa de los más desposeídos. Según los expertos ‘se acercó a la realidad histórica para detenerse en los acontecimientos que proclamaban los derechos del hombre, orientándose hacia el realismo social’. Otra línea de su producción paralela se caracterizó por un clasisismo casi renacentista, de matices mágicos y metafísicos. En general, se trataba de retratos femeninos ‘de plasticidad imponente’.

 

 

Durante más de dos décadas, Berni  fue testigo de la miseria y el atraso de las regiones pobres de su país y los plasmó en sus telas. Quizá sus series más conocidas son Juanito Laguna y Ramona Montiel (*) , personajes que representaban a un joven marginal y a una prostituta y por los que  recibió el Gran Premio de Grabado de la Bienal de Venecia en 1965.  Fue a través de  ellos que trasladó sus observaciones sociales a la urbe ya que en las décadas anteriores miles de argentinos habían dejado el campo para afincarse en las ciudades y, más específicamente,  en sus cordones de pobreza, bautizados en ese país como ‘villas miseria’. Ejecutaba sus obras con materiales de desecho y residuos industriales.

 

 

Berni recorrió importantes museos de América, Estados Unidos y Europa y realizó,  además, una muestra en el Instituto Di Tella. Dos años más tarde desarrolló la instalación multimedia la ‘Caverna de Ramona’ en la conocida galería Rubbers. Murió en 1981. 

 

 

(* )Juanito y Ramona.  Fue en los años 50 cuando Antonio Berni recorrió varios pueblos de Santiago del Estero, donde conoció a varios niños sumergidos en la pobreza a los que pintó. A toda una serie la bautizó como Juanito Laguna, personaje que representaba a todos esos pequeños sin suerte. Nunca se supo el porqué escogió ese nombre. Según sus biógrafos,  Juanito podría ser hijo de un migrante, de un cesante, chacarero o un habitante de conventillo. Paralelamente, creó también a Ramona Montiel,  tan pobre como el pequeño marginal,  pero con una vida económicamente mejor pero vacía. Se trata de una costurera que deja su oficio para ejercer de prostituta.