Cuando en 1925 el Príncipe de Gales visitó nuestro país la colectividad británica encargó al genia KK “Veleros en Sol de Mayo” un óleo de importante tamaño para homenajearlo. Aunque la obra nunca llegó a manos del futuro Rey de Gran Bretaña, las marinas se hicieron populares y fueron ampliamente codiciadas. La temática se convirtió entonces en la más habitual de su abundante producción.